Defensa Nacional Militante 2020
Mg. Lic. Edgardo Romero Cardoso
Ha llegado a mis manos un ejemplar, vía correo electrónico institucional del Ministerio de Defensa, de un escrito dentro del formato de cuadernos del INAP, en la serie I de este año, elaborado por el Director Nacional de Formación del Ministerio de Defensa, bajo el título Presupuesto y equipamiento en la política de defensa argentina (1983-2019). Este funcionario, sin ningún conocimiento de temas de Defensa más que la prosa militante, intenta ilustrar a la militancia trabajadora del organismo mencionado, y al resto de la APN, sobre cuestiones referentes a la problemática específica de la Defensa Nacional. El trabajo es un rejunte de estadísticas y cuadros mostrados de forma tendenciosa, costumbre kirchnerista ya conocida, donde la realidad contrasta ostensiblemente lo que se busca mostrar con datos poco claros, siempre los datos de dudosa procedencia y citando a fuentes reservadas o de nula vinculación a la Defensa. La evolución que muestra la adquisición del equipamiento de las Fuerzas Armadas, siempre según el autor, responde a un pobre análisis de influencias políticas y el complot del Imperio por dominarnos como país y toda esa sarta de peroratas a la que nos tienen acostumbrados estos engendros políticos de izquierda.
Llegando a las conclusiones de este trabajo, a página 73 sentencia: “…La crisis económica heredada de la dictadura civil-militar (1976-1983), una inversión en defensa que excedía el promedio histórico y la necesidad de alcanzar el control civil de las Fuerzas Armadas (hecho que ocurrió en 1990) explican que las cifras hayan descendido del 4,5 % al 2,5 % aproximadamente…”. Me pregunto si alguna vez se planteó la grave revelación que concita expresar que el denominado “control civil de las FFAA”, expresión solo enunciada por sectores políticos de izquierda, buscó como único objetivo la drástica disminución de recursos correspondiente a la Defensa. Si inferimos que la reducción del instrumento militar era el objetivo para restarle poder a las FFAA, la mera reducción presupuestaria por sí mismo no alcanza ni alcanzó como objetivo político. Lo único que garantizó ese concepto de ahogamiento presupuestario sin una efectiva reestructuración es un ahogamiento operativo de la defensa nacional. Como metodología de alcanzar el tan mentado control o gobierno civil de la Defensa por sí
mismo no es menos que perversa y conspiradora. Revela una actitud peor que la denostada, política “delegativa” que caracterizó a la conducción del sector castrense por el poder político a lo largo del siglo XX, ya que esa forma de ahogamiento presupuestario, sostiene que la reducción y reestructuración implícita de la defensa nacional se hará por sí mismo. Al no disponer la Defensa nacional de recursos suficientes, el resultado es un raquítico instrumento militar, con éxodo de personal calificado y con una capacidad disminuida para el cumplimiento de su misión.
En la página 74 sentencia el autor, que la mayor caída del presupuesto se observa en el marco de “políticas neoliberales” entre 1991 y 2001, en dónde afirma que se reduce el presupuesto del 2% al 0,9%. Al respecto podemos observar en la información fidedigna que se dispone, que durante la década que duró el programa económico de convertibilidad peso-dólar la cifra del 2% se mantuvo constante. Sin profundizar sobre ese período es muy destacable que el costo operativo de las FFAA se debe analizar en términos de una moneda convertible al valor dólar en igualdad de valor real. Con el beneficio que significa la compra de insumos para funcionamiento en esa moneda. Durante esa década se mantuvo constante el presupuesto respecto al PIB en torno al 2%, cuando el aumento del PBI del país en términos reales experimentó una actitud creciente a lo largo de la década, si observamos la gráfica correspondiente, con una ligera contracción en la crisis del tequila, a mitad de la década. Ese crecimiento no se vio reflejado en términos monetarios concretos para las FFAA, ya que la pérdida de capacidades operativas entró en una disminución constante. Ahora comparada, esa operatividad, a lo dejado por la década de gobierno desde 2003 a 2015 es una panacea. En la década de los 90 se puede afirmar que pocas incorporaciones de material se sucedieron, las que más se destacaron fueron por FMS o producto de la calificación de aliado extra OTAN por parte de Estados Unidos. No se destacan inversiones significantes, mayormente por haberse mantenido hasta mitad de la década los embargos de transferencia de material militar por parte de EEUU y Europa. La política exterior, vale recordar, se orientó a fin de revertir el aislamiento internacional que mantenía el país desde el conflicto de1982 por nuestras Islas Malvinas. Sacar al país de la Organización de países No Alineados, el restablecimiento de relaciones diplomáticas con el Reino Unido, la participación en misiones bajo mandato de
Naciones Unidos fueron ejemplos de ello. Por supuesto que la adopción de una política de subordinación irrestricta a los designios de Washington no redundaron en transferencias concretas de material para las FFAA que revirtieran la tendencia destacada, pero sí en esos años se logró adoptar normas modernas de operatividad gracias a la formación recibida en EEUU y Europa de militares argentinos enviados a diferentes cursos, ejercitaciones navales como Gringo-Gaucho, Unitas, Passex, etc. Significando esos años una modernización de procedimientos y modernización del sector pendiente desde el retorno al sistema democrático. Superados los enfrentamientos internos esa década por un lado significó la reducción de medios operativos, pero a la vez la operatividad adopta una clara línea doctrinal producto de la política exterior adoptada por el país.
Continuando con el texto el responsable de dicho escrito luego pondera las reformas encaradas por las gestiones ministeriales de Nilda Garré y Agustín Rossi, cosa que no logra demostrar en términos concretos como beneficios. Luego analiza la llegada de la gestión Cambiemos al frente del Ministerio, destacando según su visión un alineamiento automático con el Comando Sur, cosa que tampoco demuestra con ningún elemento objetivo, si menciona cierre de plantas de FM, concretamente una en Azul por ser un predio sin peso específico en la producción de la empresa. Luego, de forma canallesca, infiere que la tragedia del submarino ARA SAN JUAN se habría producido por no haber recibido el mantenimiento requerido. Me detengo en la actitud canallesca de este funcionario nacional al suponer algo que ni la justicia federal que investiga la tragedia tiene probado, que la postergada obra de carenado de la Unidad tenga injerencia directa en el desenlace de la misma.
Hacer política con tanta bajeza, no merece ser pasado por alto. Avanza el texto con una mención a algunas decisiones de incorporaciones de medios y de despliegue sin un criterio mínimo de conocimiento de la materia. Puntualizar que se compraron aviones Texan sin armamento como algo negativo, cuando los aviones de instrucción para el Grupo Aéreo Escuela de la EAM nunca tuvieron armas (B-45, Tucano). ¿Por qué habrían de comprarse con armas dichos aviones?
El paulatino aumento del presupuesto del sector, escaso, pero con una tendencia al fin, es destacado como insuficiente por el autor, diciendo que fue destinado todo al pago de salarios, sin exhibir documento que respalde tal afirmación. Sí se puede destacar que fue en la gestión Cambiemos donde se comenzó a revertir la composición salarial del personal militar como hecho destacable, quedando un reducido porcentaje de blanqueo a completar.
Según el informe, se afirma que la política fiscalista tuvo por objetivo anular las capacidades centrales de las FFAA, todo delineado por los funcionarios radicales y neocarapintadas, términos usados por este funcionario para calificar a sus antecesores.
La sentencia de que la política de defensa se subordinó a la política fiscal, como enunciado del texto, puede ser por demás debatido, pero respecto al período de gobierno sobre el que se menciona, se puede afirmar que nunca en la historia argentina se encaró una política de reducción del déficit fiscal, sobre todo considerando el estado de las cuentas públicas que dejó el gobierno de la ex Presidente Cristina Kirchner. La política de reducción del déficit fiscal para cumplir con el programa fiscal, dentro de un período de gran crisis económica generada por diversos factores, se destaca que en la misma se aumentó en forma exponencial el gasto social, alcanzando cifras récord.
Continuando con el errático y tendencioso análisis de este funcionario en la temática de la Defensa, se destaca la impericia de nunca haber considerado al Reino Unido como una hipótesis de conflicto…. El grado de confusión y mezcla de conceptos en que incurre el funcionario es destacable. Por un lado pondera la adopción de PLANCAMIL y del denominado Planeamiento por Capacidades, y luego reclama por la falta de hipótesis de conflicto con el Reino Unido por ser un socio comercial….en igual dirección destaca el abandono del mismo método, cuando desde su instauración nunca se completó ni tan siquiera el primer quinquenio por falta de asignación presupuestaria.
Continúa el escrito destacando el error de adquirir equipos como A-4AR, Super Etendard y el intento de FA-50 por ser material de aliados británicos…
Lo más contradictorio es afirmar que las inversiones hechas en los gobiernos kirchneristas se materializaron en el gobierno de Mauricio Macri.
Parece que este señor no advirtió el estado en que se encontró FADEA s.a. en diciembre de 2015, una planta excedida de personal, sin producir nada y gastando cifras desmedidas a las actrices militantes que concurrían a dar charlas al personal. Lo mismo FM, TANDANOR, y en cuanto reducto de la administración pública el kirchnerismo pudo poner empleado público parasitario y militante. Basta ver el desastre que han hecho en el astillero Río Santiago, una planta otrora modelo en el continente. Según el señor Eissa la incorporación de aviones Texan responde a un modelo de defensa de Guardia Nacional…, huelgan comentarios al respecto. Luego sostiene que los OPV clase Gowind 87 en proceso de incorporación por la Armada Argentina tienen un bajo indica de contribución al Área de Capacidad. Al respecto me consta por haber trabajado en el tema, que en términos comparados ese índice daba en forma satisfactoria, siendo desde el punto de vista de la inversión para la defensa una excelente decisión política.
Luego, continuando con la disquisición de mezclar conceptos nos quiere ilustrar sobre la importancia de planificar y presupuestar, parece que el ahogamiento presupuestario por la mera finalidad política de control político de las FFAA se le olvidó.
Finalmente sostiene que la intervención en la guerra contra la droga está probada que no sirve (sic), que las FFAA preparadas para luchar contra el terrorismo (lo llama delito político) no pueden defender al país de conflictos convencionales. Es este punto el señor Eissa no vio a militares franceses desplegados en las calles de París luego de ataques terroristas, o en otros países de Europa.
Avanzando en el texto el autor sostiene que durante el gobierno macrista se echó del Ministerio de Defensa al personal que habían formado entre 2003 y 2015… Al respecto puedo afirmar que el personal que no continuó trabajando en el Ministerio fue el que respondía a convenios con universidades que habían cesado, o con contratos determinados incorporados por la gestión. La cantidad de ñoquis en dependencias de toda la APN lo tenemos muy presente. En diciembre de 2015 se cesó en funciones a todo el personal que había llegado a ocupar puestos militantes, sin función específica, ni conocimientos de la temática. En el Ministerio abundaban y abundan los empleados cooptados en universidades públicas donde estos personajes “militaban” en espacios políticos afines al kichnerismo, sin ningún conocimiento de la defensa y adoctrinados de
acuerdo a ideas maoístas, chavistas y revolucionarias. Esa clase de personal era el que incorporó la gestión kichnerista desde 2003. Es común que el personal del Ministerio de Defensa recuerde las clases de adoctrinamiento de concurrencia obligatoria los días jueves. Actualmente gran parte de ese personal continúa prestando servicios, los cuales no saben de defensa, ni les interesa, cuesta verlos trabajando y hasta les regalan 100 horas extras por mes, hasta cuando están de vacaciones.
La planificación de la Defensa no requiere ni de discursos friendly ni de discursos persecutorios y estigmatizantes. Ninguno de los dos es una opción.
La otrora bibliografía militante ha vuelto, intentando instalar una historia de acuerdo a la visión política del kirchnerismo. Esa obsesión por el pasado que caracteriza a este espacio político, no puede entender que nuestro país necesita una clara visión y empleo de todas las energías puestas en el futuro. Pensar, debatir y sobre todo actuar sobre el futuro. La historia parece que nos divide, nos aleja, porque cada uno de nosotros naturalmente va a responder de acuerdo a su visión, así difícilmente encontremos en temas centrales una mirada única.
Necesitamos una visión amplia, necesitamos planeamiento estratégico en todas las áreas de la defensa nacional. Pero no podemos prescindir del conocimiento de profesional militar. Hacer política sanitarista sin escuchar y valorar la visión de los médicos sería algo impensado, lo mismo en política educativa. Por qué creemos que la política de defensa debe ser ejercida por militantes pro chavistas de una ideología marxista? ¿Tiene eso algo que ver con la tradición que sustenta el arquetipo militar argentino? ¿Tiene eso algo que ver con la nación que aspiramos ser? Abrir la puerta a regímenes foráneos por una cuestión ideológica para equipar a nuestras fuerzas armadas puede ser un paso peligroso y un error que no pasará inadvertido a las esferas del poder hemisférico. El modelo no es Cuba ni Venezuela, esperemos no transitar hacia ese abismo.
Mg. Lic. Edgardo Romero Cardoso
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